¿Sabías que Halloween es una fiesta pagana de origen celta? Tiene su origen en el Samhain, un ritual de origen celta. Posteriormente se conoció como “All Hallow’s Eve” (víspera de Todos los Santos), palabra de origen escocés, y parece ser que ya en el siglo XVI se empezó a usar la palabra “Halloween”.
Fueron los inmigrantes Irlandeses, hacia 1840, que exportaron la tradición de “All Hallow’s Eve” a Estados Unidos, quienes la adoptaron, transformaron y popularizaron.
¿Pero sabéis porque en Halloween son tan tradicionales las calabazas con una luz en su interior? Tiene su origen en Irlanda, en la leyenda de Jack-o-Lantern.
Cuenta la leyenda que en Irlanda existió un hombre apodado Jack “el tacaño” (Stingy Jack). Jack era un mal hombre, estafador, tacaño y borracho. Un día, en una taberna, Jack se encontró cara a cara con el mismísimo Diablo, quien le pidió su alma. Jack, que era muy astuto, accedió, pero le pidió tomar una última jarra de cerveza irlandesa, antes de entregar su alma, a lo cual el Diablo accedió. Jack le dijo al Diablo que no tenía suficiente dinero para pagar al tabernero, por lo que le pidió, a cambio de su alma, que se convirtiera en una moneda para poder pagar al tabernero. El Diablo accedió, convirtiéndose en moneda, pero Jack, cogió rápidamente la moneda y la guardó en su bolsillo, junto a un crucifijo de plata, para evitar que el Diablo recuperara su forma. Jack, que ya había entregado su alma, le dijo entonces al diablo que no le sacaría del bolsillo hasta que prometiera dejarle vivir durante 10 años más. El Diablo, que no podía soportar estar junto a una cruz cristiana, accedió, por lo que Jack soltó al Diablo.
Rápidamente pasaron los 10 años, y un día, en medio de los verdes campos de Irlanda, el Diablo volvió a aparecerse ante Jack, esta vez para llevarse su alma. Jack, volvió a pensar rápidamente y le pidió al Diablo un último deseo: “Me gustaría comerme esa manzana que está en la copa del árbol”. Y justo cuando el Diablo estaba en el árbol, a punto de cogerla, talló rápidamente una cruz en el tronco, paralizando así al Diablo, y esta vez le pidió que no volviera a reclamar nunca más su alma.
Pocos años después, Jack murió, pero su alma no pudo entrar en el cielo, por la mala vida que había llevado, por lo que tuvo que emprender el camino al infierno, un camino tortuoso, frio y muy oscuro, pero allí, el Diablo tampoco le dejó entrar, ya que había prometido no quedarse con el alma de Jack. Jack desolado le pidió ayuda, ¿A dónde iría entonces? El Diablo le dijo que debía volver por dónde había venido, y le lanzó un trozo de carbón desde el mismísimo infierno, para que le ayudara en el camino. Jack, lo cogió y lo puso en un nabo que había vaciado. Así Jack emprendió su camino sin rumbo con su linterna para toda la eternidad.
En Irlanda, abundaban los nabos, sin embargo, cuando los irlandeses llegaron a Estados Unidos, vieron que allí apenas había, por lo que emplearon calabazas en su lugar.
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